“Convertirme en florista era mi sueño de niña”

Madre de tres hijos, Marine Duthoit decidió dejar su antiguo trabajo para cumplir su sueño de infancia: convertirse en florista.

“Me hice florista tras un cambio de carrera. Trabajé como cartera durante 12 años y decidí dejarlo de un día para otro. Convertirme en florista era mi sueño de niña. Fue un gran paso, porque tengo tres hijos, entre ellos una hija con discapacidad. Pero nunca me he arrepentido. Tras un año de formación, encontré mi camino – y todavía hoy me hace feliz.

Un momento que recuerdo especialmente es el de una señora que vino a buscar un ramo para su iglesia el día antes de Navidad. Normalmente iba al florista que está frente a la iglesia, pero esa vez quería algo distinto. Era muy exigente. Me puso a prueba, porque solo llevaba unos meses en la profesión. Le preparé un ramo con muchos lirios y gerberas. ¡Le encantó! Desde entonces viene regularmente a por dos grandes ramos de entre 150 y 180 euros, aunque frente a su iglesia todavía hay otro florista.”